Cómo realizar la puesta a punto de nuestra piscina

Si no hemos guardado nuestra piscina desmontable durante el invierno, lo más probable es que hayamos optado por cubrir la piscina con un cobertor de invierno y llevar a cabo un tratamiento químico de fondo para el invierno.

En ausencia de luz y con las bajas temperaturas del invierno, las algas y otros microorganismos no se reproducen con la misma frecuencia, con lo que es probable que el agua de una piscina tapada se haya conservado bastante bien. Aún así, debemos comprobar si está turbia (% de partículas en suspensión), el pH y la concentración de cloro.

Podemos usar cloro granulado de disolución rápida. Una vez comprobados los niveles de pH, lo más probable es que no tengamos que añadir nada más al agua. Si el pH no estuviese en los niveles recomendables entre 7,2 y 7,6, deberemos usar reductor o aumentador de pH.

Si disponemos de un clorador salino (totalmente recomendable), sólo deberemos preocuparnos de comprobar el nivel de sal en agua y añadir sal al agua.

También resulta muy recomendable al realizar la puesta a punto de una piscina desmontable aplicar líquido floculante, ya que lo que conseguiremos será que las partículas en suspensión precipiten en el fondo de la piscina. Después de aplicar el floculante, pondremos en marcha el filtro de la piscina durante varias horas. Una vez las partículas hayan precipitado, pasaremos el aspirador y a continuación de nuevo pondremos en marcha el filtro.

Las primeras semanas de verano, o las últimas de primavera, según el área geográfica, pueden resultar todavía frías y el agua de la piscina es posible que no esté a una temperatura de confort. Existen calentadores de agua muy económicos (a partir de 99€) eléctricos muy recomendables para piscinas desmontables de medida pequeña y mediana.

También encontramos una amplia oferta de calentadores solares que funciona haciendo pasar el circuito del agua de filtrado por una manta o serpentín de plástico normalmente de color negro que se calienta con los rayos del sol y que al pasar el agua por él va cediendo calor, de manera que podemos aumentar unos grados la temperatura del agua de la piscina.

Si la piscina es de gran tamaño, lo más recomendable es una bomba de calor.

Si decidimos emplear un calentador para la piscina, resulta imprescindible hacer un buen uso de los cobertores. Si la piscina está destapada, la superficie de evaporación es muy grande y el calor se perderá por convección rápidamente.

Para evitar la pérdida de calor, es imprescindible el uso de un cobertor. Los cobertores estándar reducen la pérdida de calor en parte, pero su uso está más recomendado para evitar que partículas contaminantes se depositen en el agua de la piscina, reduciendo así el tiempo de filtrado y también el uso de químicos, ya que en ausencia de luz solar, las algas no se desarrollarán.

Los cobertores solares, en cambio, están especialmente diseñados para conservar la temperatura del agua de la piscina. Se trata de mantas plásticas de burbujas de aire que flotan sobre la superficie del agua de la piscina. El aire se calienta con los rayos del sol y al estar en contacto con el agua, cede temperatura a la piscina, aumentando la temperatura del agua. Además, los cobertores solares reducen el salto térmico noche-día de la piscina, evitando que el agua se enfríe rápidamente.

Ahora que empieza la temporada, es bueno plantearse si debemos adquirir alguna herramienta que nos ayude en el mantenimiento de la piscina. El uso de limpiafondos ha aumentado mucho los últimos años. La amplia oferta (limpiafondos manuales, hidráulicos, eléctricos, robots, etc.) ha hecho que haya modelos de limpiafondos ajustados a cada tipo de piscina y a todos los presupuestos.

Tenemos limpiafondos de precios muy económicos que dan muy buen resultado en piscinas pequeñas y medianas. Es importante pensar que con un buen limpiafondos y el uso de cobertor, las horas de funcionamiento del filtro se reducirán mucho y la vida útil de todos los elementos de la piscina aumentará, además de la sensación de confort de disfrutar de un agua cristalina.